viernes, 26 de febrero de 2016

EL CONTACTO FÍSICO PREJUICIOS Y DUDAS



En algún momento de nuestra trayectoria como actores, el contacto físico supone, en mayor o menor medida, una barrera difícil de cruzar, y más cuando conlleva fuertes emociones o pasión.
Muchas veces nuestros límites son inconscientes, y éstos dependen por una parte del carácter la persona y por otra parte de circunstancias externas:
  • Cuando tenemos poca formación o experiencia tendemos no confiar en nosotros mismos o en la otra persona.
  • La cultura con la que hemos crecido nos hace tener prejuicios sociales, nos hace ser clasistas y muchas veces nos limita en la manera en la que actuamos o pensamos.
Veamos un poco más detenidamente todas estas dudas y prejuicios que nos pueden surgir a lo largo de nuestra carrera, y cómo afrontarlas:
Nervios y ansiedad
Sea ante una caricia, unas palmaditas en el hombro o un beso apasionado, cada persona reacciona de una manera diferente. Mientras a algunos les parece algo natural, a otros les puede generar ansiedad, sobre todo cuando se enfrentan las primeras veces a este tipo de situaciones.
Ten en cuenta que el contacto físico no sólo puede parecer difícil para muchos actores, sino para los directores que en ocasiones no pueden lograr la intención deseada de nuestra interpretación sin tener que hacernos repetir las tomas muchas veces más; o para equipo técnico, que muchas veces se tiene que buscar la vida para hacer bien su trabajo con mucho menos personal y tratando de que su presencia se note lo menos posible, del tal manera que los actores se sientan a gusto.
A ti, como a todos, te tocará actuar con gente a la que acabas de conocer, gente que conoces de toda la vida, gente que te gusta y gente que no, casados, solteros, completamente diferente a tus estándares –por ejemplo, mucho más mayor o pequeño que tú-, etc. Es algo a lo que te acostumbrarás con el tiempo.
La primera vez no puedes evitar sentirte un poco raro al tocar a un extraño, o que te toquen a ti. Lo más importante para quitarte esos nervios es dejarte llevar por el momento de la escena y ya verás cómo, cuándo conectes con tu personaje y no con tu persona, te parecerá lo más natural.
Piensa que es como cualquier cosa que ocurre en la vida real, pero con cero presiones, porque según el guion, sabes exactamente cómo y cuándo va a pasar.




Tomado de:  www.premiereactors.com


EL PÁNICO ESCÉNICO



No hay nada mejor que disfrutar de las mariposillas en el estómago que aparecen antes de salir a escena… ¡mmm! es una sensación totalmente placentera que, como actores, nos da la vida. Pero cuando estas mariposas se transforman en un ser enorme, incontrolable y destructivo que en vez de hacerte gozar te hace sentir angustia, taquicardia, nudos en la garganta, dolor de estómago… habrás sido invadido por el pánico o miedo escénico, ¡pero tranquilo, tiene solución!

El miedo escénico se refiere a la sensación de estar aturdidos y sin recursos ante un público. Nos sentimos amenazados y no preparados para enfrentarnos a los espectadores, estamos convencidos de que no lo vamos a hacer todo lo bien que podríamos y que no daremos la talla.
La primera clave que tenemos que entender es que el miedo escénico no se quita, sino que podemos aprender a dominarlo y gestionarlo de manera positiva. Lo que antes veíamos como algo incontrolable, debemos hacerlo controlable para poder disfrutar de lo que más nos gusta en este mundo… actuar.
Seguramente estés pensando que la teoría es muy fácil contarla, pero que la práctica es otra historia. Venimos a tranquilizarte, ya que existen trucos que realmente funcionan… 

1. Trabajo previo

Cuando hay un trabajo previo bien hecho, se eliminan muchas de las inseguridades que provoca el pánico escénico, como quedarse en blanco. La seguridad que produce el haber trabajado con anterioridad, hace que confíes de forma natural en tus recursos, simplemente porque los tienes. Es como salir con una gran mochila de la que puedes ir sacando cosas según las vayas necesitando.
Por todo ello, podemos afirmar que el pánico escénico se domina trabajando y eliminando toda incertidumbre. Así que ensaya todo lo que puedas y realiza un fuerte trabajo de preparación, que no haya nada que se te escape.
Recuerda que conocimiento=seguridad, y seguridad=confianza.

 2. Visualizar previamente el momento

Lo ideal es tener la posibilidad de llegar un poco antes al lugar donde realizaremos nuestra interpretación, para así familiarizarnos con el entorno y realizar esta labor de visualización in situ. Nos imaginaremos a nosotros en ese sitio actuando, iremos poniendo cara a la gente que nos va a observar…
Si no tenemos la suerte de poder ver a nuestros espectadores o el lugar en que actuaremos antes de nuestra interpretación, tendremos que imaginar y recrear ese momento en nuestra mente. Esto es una tarea fácil para nosotros, que somos expertos en crear ;)
Deberemos centrarnos en dos puntos:
·        Lugar: recrea en tu mente la luminosidad del teatro o plató en cada rincón, qué temperatura hay, de qué medios técnicos dispones, cómo está distribuido todo lo que contiene… si puedes, siéntate en una de las butacas o sillas donde se sentará el público que te observará, o si es un rodaje, colócate donde se situarían las cámaras y el equipo técnico, así te sentirás como uno de ellos y verás “con sus ojos”.
·        Público: es importante no idolatrar a nuestro público creyendo que son semi-dioses que nos juzgarán y reaccionarán mal a lo que hagamos. La gente que nos verá actuar son personas normales y corrientes, que quieren vernos triunfar y que entienden el valor que tenemos al exponernos realizando una interpretación. Lo más seguro es que muchos de ellos jamás se atreverían a hacer lo que nosotros hacemos y nos valoran muy positivamente solo por hecho de tener el coraje de salir ahí.
·        Visualízate actuando y triunfando: imagínate lleno de seguridad, con muchísima confianza en ti mismo realizando tu interpretación, de principio a fin. Visualízate conectando contigo mismo y con tu público, recibiendo miles de aplausos… en resumen, visualízate como un actor triunfador.

3. Concentrarse en las primeras palabras de nuestra interpretación

Las primeras palabras o frases de nuestro texto debemos tenerlas totalmente automatizadas en nuestra mente, no puede haber ninguna duda al interpretarlas, deberían salirnos de forma casi automática. Tener el inicio bajo control hará que empecemos de forma fácil y que pronto nos soltemos.
A la hora de ensayar, a esas primeras palabras deberemos dedicarles una especial atención, memorizarlas y ensayarlas de forma mucho más intensa.
Una vez las sueltas y “te tiras a la piscina”, durante el resto de la interpretación te sentirás como pez en el agua (si has realizado bien los pasos que hemos explicado previamente, ¡claro!)

 4. Mantener la calma

Es importante que busques ejercicios de relajación que te funcionen, que te hagan sentir bien contigo mismo y que puedas hacer en cualquier sitio. Normalmente los que mejor funcionan están basados en la respiración o en algunas modalidades de meditación.
También es fundamental el ejercicio físico, que deberás practicar en dos momentos diferentes:
·        Bastante antes de la interpretación, en otro lugar (por ejemplo, en casa, por la calle, en el parque…) deberás hacer un entrenamiento de alta intensidad para soltar todos los nervios y energías tóxicas que almacene tu cuerpo. Además, este tipo de ejercicio te permitirá llegar en un estado físico óptimo al momento de actuar.
·        Un rato antes de la interpretación, en el propio lugar donde actuarás: se trata de que tengas tu propia tabla de estiramientos y masajes, que puedas realizar en cualquier sitio, sin depender de nadie. Se centrarán especialmente en las partes de tu cuerpo que se te agarroten con mayor facilidad a causa de los nervios, como cuello, espalda o músculos faciales.
Somos actores, disfrutamos comunicando, contando historias, empatizando con el público, descubriendo nuestras emociones… no dejemos que el pánico escénico no nos deje vivir algo tan increíble.
¿Te has sentido identificado con lo que hemos contado en este post? Nos encantaría que nos contaras qué te funciona para combatir el pánico escénico, ¡seguro que puede ayudar a muchos de nuestros lectores!



Tomado de:  www.premiereactors.com

viernes, 19 de febrero de 2016

A la hora de actuar, Cine y Teatro



Solo quien ha podido actuar en teatro y en cine, puede explicar y entender las diferencias y similitudes  de hacerlo en cada uno de ellos con sus características;  He conocido muchas personas que sin ser actores o directores, se atreven a juzgar y a sostener que los actores de teatro no sirven para el cine, puede que tengan razón, hay actores de Teatro que suelen interpretar correctamente, con una buena dicción y presencia escénica, pero cuando se colocan delante de una cámara parece que estuvieran empezando en el mundo de la interpretación. Sobreactúan, colocan la voz y exageran sus gestos faciales.


 Un actor que posea talento podrá interpretar tanto para Cine como Teatro, lo importante es entender la técnica cinematográfica. He aquí un resumen de los aspectos más relevantes a tener en cuenta:

 Hay que tener claro que en cine se actúa totalmente de manera contraria que en el teatro, en vez de expresar hay que interiorizar, en vez de exagerar hay que simplificar y en vez de recordar la siguiente frase hay que olvidarla.

 En teatro el espectador lo ve siempre de cuerpo entero, en cine abundan los primeros planos, por lo cual en una pantalla grande su imagen es muchas veces mayor al tamaño natural y el mínimo matiz de cada uno de sus gestos es magnificado.

La voz en teatro debe alcanzar hasta la última fila de la sala (30 metros por ejemplo). En cine el espectador está donde se encuentra la cámara (1 metro por ejemplo). Por lo tanto nuestro volumen de voz debe ser el mismo que utilizaríamos al hablar con una persona que está a 1 metro de distancia.

 En teatro el actor posee libertad de movimiento, aunque tenga referencias o marcas, si no llega exactamente a ellas no es grave. En cine el actor debe controlar sus movimientos en todo momento, tan solo unos centímetros fuera de la marca establecida hace que el actor no aparezca perfectamente en cámara.

Los gestos en teatro tiende a ser más exagerados, en cine cualquier gesto grandilocuente se ve feo e incluso de mal gusto. La cámara no permite engaños, un ademán desmesurado resulta superfluo.

 En teatro el actor interactúa con otros personajes, recibe sus estímulos y energía. En cine el actor normalmente actúa solo, al menos que el otro personaje aparezca en cámara. Por esta razón todos los estímulos se los debe imaginar el actor.

 Cuando un actor interpreta para teatro comienza y termina, vive todo el proceso del personaje. En una película el actor comienza rodando el final, luego el comienzo y por último el medio (la película se rueda de forma fragmentada por necesidades de producción), por esta razón el actor no vive ese proceso y debe ubicar sus emociones dependiendo de la escena. 

Para el teatro es importante saber, decir e interpretar bien el texto, para el cine lo más importante es la sencillez, simplificar, ser lo más cercano a la realidad. 

En Teatro se puede ofrecer una interpretación. Delante de la cámara más vale tener una experiencia.
 En conclusión, tanto en teatro como en cine ambos requieren los mismos ingredientes, pero en distintas proporciones, y como actor deberás sentir lo mismo, la única diferencia está en la manera de hacerle frente.