Y más difícil todavía, ¿cómo
llorar en el momento justo?
Llorar de forma auténtica es uno de los retos más
difíciles de todo actor, y si bien en directo es especialmente difícil, en el
terreno audiovisual tampoco resulta sencillo. El director dice “acción”, tienes
al lado a un pertiguista apuntándote con el micro y en frente a un equipo
entero a la espera de tu gran interpretación… y las lágrimas no llegan.
¿Cómo podemos preparamos ante la temida escena?
Aunque aprender a llorar sea un proceso muy personal y cada actor tenga sus trucos, te
proponemos una serie de recursos que puedes utilizar para empezar a dominar
esta técnica, de manera que con el tiempo irás viendo cuál es el más adecuado
para ti.
De todas maneras, empecemos primero haciéndonos una
pregunta:
¿Realmente
necesitamos llorar?
En ciertas escenas pensamos que si no somos capaces de
llorar habremos fracasado como actores. No obstante, se trata de una idea muy
equivocada.
No siempre mostramos nuestra tristeza llorando. Piensa en un programa de TV donde una mujer
nos está relatando su desgracia. Sus ojos se llenan de lágrimas pero ella trata
de contenerlas, su rostro se halla claramente marcado por el trauma pero la
mujer intenta mostrar una imagen de valentía. Está luchando contra las
lágrimas, trata de esconderlas, pero nosotros sabemos que por dentro siente
mucho dolor. Aunque intente no mostrarlo, nosotros lo vemos y lo sentimos.
Derrumbarse no significa tener que llorar, y muchas veces
el impacto es más emocional cuando vemos a alguien conteniéndose.
Hagamos una cosa: considera dejar el llanto para la
audiencia. Deja que quiebre tu voz, que tiemble tu labio inferior y después
lucha por controlarlo todo. Junta tus labios fuertemente y suéltalos. Mira
fijamente, traga saliva, mueve tus ojos hacia abajo, parpadea aguantándote las
lágrimas, y por supuesto, utiliza también el resto del cuerpo con los
movimientos de tus manos, los hombros caídos… ¿Lo ves? ¿Crees que realmente
hace falta soltar lágrimas para que le mueva una escena al espectador? Lo importante es transmitir emoción.
Trucos y métodos
para llorar
Si después de lo que te hemos comentado consideras
necesario llorar, prueba con la lista de opciones que te ofrecemos a
continuación:
·
Una de
las tácticas más recurrentes, y en la que se basa el famoso método
Stanislavski, es conectar con
una experiencia personal de tu pasado y rememorarla. Sin embargo esta
técnica requiere mucha práctica, porque al principio puede resultar muy difícil
separar tu cerebro en dos, pensando en estas imágenes a la vez que conectas con
tu texto e interactúas con el otro personaje, lo que te puede llevar a perder
credibilidad e intensidad en tu interpretación. Los resultados suelen ser muy
buenos, pero sólo tras ejercitar mucho esta habilidad. Una variación de este
método es utilizar situaciones que nunca han ocurrido, pero que pueden
resultarte igualmente devastadoras.
·
Si
todavía no tienes demasiada experiencia te recomendamos que empieces por otras
técnicas que exijan menos conciencia emocional. Lo primero que debes tener en
cuenta es no forzar:
cuando no sientes una convicción real sobre lo que estás haciendo tu audiencia
puede darse cuenta fácilmente, por lo tanto no utilices expresiones extremas
pues que se ve a la legua que quieres llorar, y déjate llevar por el momento
para que realmente te afecte lo que está pasando. Cuando estás muy concentrado
las lágrimas vienen por empatía.
·
¡Escucha! Sin desviarnos mucho con lo que acabamos de comentar, utiliza tu escucha activa y ten el texto tan interiorizado que no
lo tengas ni que pensar. Los mejores actores dramáticos son los que se meten en
la escena y en el personaje, aquellos que transportan su mente a una situación
y, dado al estado emocional que posee el personaje, las lágrimas empiezan a
fluir.
·
Como tu
intención es lograr una conexión muy fuerte, no tengas miedo en utilizar todo
el tiempo que haga falta para analizar
al personaje y diseccionar el script. Piensa cómo afecta la escena
emocionalmente a tu personaje, y cuanto más lo hagas, más preparado estará tu
subconsciente a la hora de enfrentarte a tu escena dramática, lo que hará que
el llanto surja con más facilidad.
Y si todo falla…
Si no puedes llorar, no puedes llorar. Trabaja las
diferentes técnicas, pero no te obsesiones ya que es algo que sucede,
especialmente si el guion no es muy bueno. Después de todo siempre quedarán los
remedios caseros, que nunca nos decepcionarán y llevan utilizándose desde
siempre. Los más utilizados son:
·
El mentol, como el famoso Vicks VapoRub: Aplica poca cantidad cerca del
lagrimal o en la parte inferior de los ojos. Es molesto, los ojos se ponen
bastante rojos y suelen caer pocas lágrimas, pero es muy efectivo.
·
La
cebolla: Te puedes imaginar lo
que pasa, ¿verdad? Parte la cebolla por la mitad y realiza una fuerte
inhalación.
¡Por fin lo he
conseguido!
Una vez logres llorar no lo eches todo a perder tapándote
la cara. Si necesitas hacerlo, espera unos segundos a que la cámara o el
público la hayan captado y después hunde tu cabeza en tus manos.
Recuerda…
Nuestro objetivo no debería ser el llanto, sino las emociones. Céntrate en el
verdadero compromiso con el personaje.
¿Qué te funciona a ti a la hora de llorar? ¿Tienes algún
otro truco del que no hayamos hablado?
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