viernes, 29 de enero de 2016

LOS PECADOS CAPITALES DEL ACTOR



Hablamos a diario con actores, productores, directores de casting, representantes… escuchando sus necesidades, dudas y aspiraciones.
Nuestra principal misión con este post es servir de puente entre los distintos profesionales del sector y vosotros, informándoos acerca de los puntos débiles que nos comentan que muchas veces tenéis los actores. De este modo, podréis identificar cuáles son vuestras áreas de mejora, y así poneros manos a la obra.
Llegó el momento de reflexionar y darse cuenta de qué “pecados capitales” pueden estar bloqueando tu carrera de actor. ¡Pasen y vean!


1. Estar disperso
No estudiarse al dedillo o con la preparación necesaria un guion, no acordarse de una reunión que tenías, posponer o cancelar en el último momento tu participación en un proyecto… son los ejemplos más típicos relacionados con la dispersión de muchos actores.

Todos ellos pueden deberse a una falta de concentración o de rigurosidad la hora de enfrentarse a trabajos, que por ser a veces tan poco frecuentes hacen que perdamos un ritmo constante de trabajo.
Para atacar este punto te daremos un consejo simple pero efectivo: cómprate una agenda y respétala. Todo lo que escribas en ella es sagrado, inamovible. No permitas que haya días en blanco, y siempre que escribas algún proyecto resérvate días previos para su correcta preparación.

2. Esperar sentado a que te llamen
Lo de quedarse sentado esperando a que te llamen ofreciéndote el papel de tu vida no funciona. Sentimos decirte que para estar activo en este sector hay que moverse, y mucho.

Tienes que ser tú quien tome la iniciativa, quien busque las oportunidades.

Por un lado, debes mostrar a la industria quien eres y lo que haces. No sirve de nada ser un actor buenísimo pero invisible, necesitas que confíen y apuesten por tu trabajo. Para ello, deberás enviar tu nuevo material de autopromoción (CV, videobook, fotos,…) periódicamente a todo aquel que creas que puede abrirte alguna puerta, además de ser visible y constante en internet.

Por otro lado, debes ampliar continuamente tu red de contactos profesionales: acude a todos los networkings o charlas que se impartan en tu ciudad, reúnete siempre que puedas con distintos profesionales del sector, interactúa en las redes sociales…

3. No crear habitualmente material de autopromoción
Muy pocos actores tienen un actualizado y competitivo “trio de ases”, es decir, un buen currículum, unas buenas fotos y un buen videobook. Al que no le falla una de estas tres herramientas, le falla otra.

Y eso que sólo hablamos de las básicas, porque lo ideal sería disponer también de una página web, tarjetas de visita, y otros materiales imprescindibles para desarrollar cualquier negocio. Si, negocio, porque si quieres vivir de esto, tienes que pensar como empresario que tiene que mover su propia marca.

Lo que tiene delito es que todo podría hacerse prácticamente en una semana, y sin embargo hay actores que desperdician años y oportunidades por no tener estas herramientas a punto.

4. Creer que ya te has formado suficiente
El actor es un atleta de las emociones, debe estar siempre entrenado y listo para saber utilizarlas a su favor. Por ello, es imprescindible que te formes continuamente, durante el tiempo que estés activo en la profesión, para descubrir nuevos recursos interpretativos y asentar los que ya sabes que tienes.

No imaginas la rabia que te daría que te llamaran para esa prueba o trabajo tan esperado, te pillara en baja forma y no pudieras dar tu 100%.

Por tanto, apúntate a cursos, talleres y seminarios siempre que puedas, y aprende de profesores y compañeros variados. Comprobarás lo mucho que vas a abrir tu mente y lo enriquecedor que puede llegar a ser.


5. La impuntualidad
Éste parece un punto menos importante, pero en absoluto lo es. No os podéis hacer una idea de la cantidad de actores que llegan tarde a los sitios, haciendo perder el tiempo y los nervios a quienes les están esperando.

Puedes ser un gran profesional, pero si llegas tarde a tus citas estarás reduciendo la credibilidad y respeto que causes a quien te espera.

Las excusas pueden ser justificadísimas (“el metro se ha parado”, “no he podido salir antes”…) pero la mayoría de las veces podrían haberse evitado con previsión y organización.

Es importante que no olvides que el tiempo es lo más valioso que tenemos, por tanto valora el tuyo y el de los demás.


6. Confundir confianza en uno mismo con egocentrismo
Tener confianza en uno mismo es algo completamente distinto a ser egocéntrico, a pesar de que mucha gente confunda ambos conceptos.

La belleza de un actor reside en la confianza que deposite en sus capacidades artísticas, es decir, en la seguridad con que afronte sus interpretaciones.

Sin embargo, no hay nada que cause peor sensación entre el público y compañeros que esa confianza en uno mismo mal llevada. Cuando los actores son arrogantes o se creen superiores al resto, son incapaces de generar empatía por parte de los demás.

En definitiva, a un espectador le resulta maravilloso un actor seguro de sí mismo, pero le causa un gran rechazo un actor egocéntrico.


7. No tener una estrategia a seguir
Sabes hacia donde te diriges y cuál es tu objetivo final: ser actor, vivir de ello y, a ser posible, vivir bien. El problema es que no sabes exactamente cuáles son los pasos más indicados para lograr este objetivo o sueño.

Acertar con la estrategia a seguir es imprescindible para no ir “como pollo sin cabeza” dando tumbos. Tus avances del día a día deben ir bien encaminados, para que muchos pequeños pasos formen un recorrido con sentido.

En este blog te damos cientos de consejos para que aciertes en tus progresos. Pero si necesitas ayuda para tu situación concreta, llámanos. Estamos deseando conocerte y echarte un cable para que te conectes con la profesión. 






Basado en:  www.premiereactors.com

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